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Resistencia a la insulina y obesidad disminuyen masa muscular y ósea en adultos mayores

21/08/2018

En quienes superan los 60 años, las consecuencias pueden ocasionar importantes cambios en su calidad de vida: la sarcopenia implica disminución de la masa muscular y ósea, ocasionando el síndrome de fragilidad en el adulto mayor.

La resistencia a la insulina y la obesidad no sólo son la antesala de la diabetes tipo II, sino también del síndrome de fragilidad en adultos mayores, condición que implica al menos una de estas características: debilidad muscular, pérdida de peso no intencionada, actividad física escasa, marcha lenta y agotamiento.

Considerando este escenario, el Dr. Enrique Jaimovich, del Centro de Estudios en Ejercicio, Metabolismo y Cáncer (CEMC) de la Universidad de Chile, realiza investigaciones para comprender estos fenómenos y frenar la pérdida y daño en el músculo esquelético.

Según explica el experto, la glucosa es el sustrato de energía más importante para las células del organismo humano. Se almacena en el tejido muscular y el hígado y también se procesa en forma de grasa en el tejido adiposo. La resistencia a la insulina implica respuestas defectuosas de esta sustancia en los tejidos musculares, adiposos y hepáticos.

«El principal órgano que capta glucosa desde la sangre es el músculo esquelético. Entonces si él presenta resistencia a la insulina, significa que la persona después de comer debe aumentarla, para que la glucosa sea transportada hacia los órganos. Pero si ellos son resistentes, esa azúcar no baja, lo que es una causa de enfermedad. En el caso de quienes superan los 60 años, las consecuencias pueden ocasionar importantes cambios en su calidad de vida porque la sarcopenia implica disminución de la masa muscular y ósea, ocasionando el síndrome de fragilidad en el adulto mayor», explica el Dr. Enrique Jaimovich.

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