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Descubren factor que promueve el crecimiento de células cancerosas. Hallazgos se exhiben en la Universidad del Biobío, Chillán

29/04/2015

Estudios dirigidos por el Dr. Andrew Quest, científico de Anillo NEMESIS, se refieren al rol de una proteína llamada survivina, en el mal pronóstico y proliferación de tumores.

Investigaciones se darán a conocer en el marco de la Primera Reunión de Investigación e Innovación en Salud Vascular, y la Tercera Jornada de Estudio en Hipertensión del Embarazo.

Como una forma de contribuir a la ciencia mundial, investigadores del Anillo NEMESIS, de la Universidad de Chile, están explorando los caminos y procesos que llevan a la proliferación del cáncer y el crecimiento de tumores. Uno de estos hallazgos, liderado por el Dr. Andrew Quest, director de este centro, se refieren al rol de una proteína llamada survivina, cuya sobreexpresión en los tumores, estaría generando una serie de factores que promueven el desarrollo de estos males.

Estas investigaciones, publicadas en la revista Internacional Molecular Cancer, se dieron a conocer hoy miércoles 29 de abril, en el Centro de Extensión de la Universidad del Biobío, Chillán, en el marco de la Primera Reunión de Investigación e innovación en salud vascular, y la Tercera jornada de estudio en hipertensión del embarazo.

Hipertensión del embarazo

Los estudios del Dr. Quest se han realizado en líneas celulares y modelo ratón, analizando lo que sucede en cáncer de mama, gástrico y melanoma. Según explica el Dr. Quest, este mecanismo es transversal en todas las manifestaciones oncológicas analizadas, cuya incidencia global, ocasiona el fallecimiento anual de aproximadamente 7 millones de personas en el mundo y “de una cantidad importante de gente también en Chile”, comenta el investigador. Ante este escenario, el científico plantea que sus investigaciones podrían aportar luces a futuros tratamientos, por ejemplo, regulando la expresión de esta proteína, en conjunto con una serie de otros elementos que favorecen el desarrollo tumoral.

Crecimiento de tumores

El profesor titular de la U. de Chile, comenta que la acción de survivina promueve un proceso llamado angiogénesis, fundamental para la expansión de un tumor, favoreciéndose metástasis. Dicho mecanismo consiste en la formación de nuevos vasos sanguíneos, lo que en el caso del cáncer, tiene un carácter negativo ya que debido a esta vascularización, los tumores pueden crecer rápidamente y las células malignas pueden diseminarse por el organismo a través del torrente sanguíneo y viajar hacia otros órganos. En cambio, en el desarrollo embrionario u otros procesos como la regeneración, la angiogénesis es benéfica.

“La importancia del paper radica en que tenemos un mecanismo nuevo que controla la angiogénesis, vital en el desarrollo tumoral. Y en consecuencia, pensamos que si pudiéramos atacar este proceso en estadíos tempranos, se podría generar un tratamiento eficiente. Sin embargo, la efectividad de una terapia también depende de cómo podemos atacar varios blancos a la vez”, comenta el especialista.

Respecto de survivina, el investigador explica que otra característica negativa de ella, es que favorece la sobrevivencia de células malignas. Pero además, se demostró que esta proteína genera una retroalimentación que no solo activa factores angiogénicos del cáncer, como VEGF (Vascular Endothelial Growth Factor) sino también la proliferación de sí misma, “como un efecto loop”, señala el Dr. Quest.

En ese contexto, los científicos de NEMESIS decidieron experimentar qué pasaba si suprimían la proteína. “Al bajar su expresión, vimos que los tumores se hacían más pequeños y con menos vascularización, pero no desaparecían. Y si esto lo extrapolamos a humanos, podría implicar que uno alarga la vida de un paciente en unos meses cuando hay un cáncer avanzado, sin constituir por ahora una cura”.

Lucha contra el cáncer

Según comenta el Dr. Quest, el cáncer acusa síntomas y molestias, generalmente, cuando se encuentra en fases avanzadas. Porque desde la generación de un tumor incipiente hasta que se detecta, pueden transcurrir años y hasta décadas, período en que la lesión crece de manera lenta, por lo menos al inicio. De esta forma, señala el científico, un tumor inicial de unos pocos milímetros puede morir con facilidad, ya que no tiene las condiciones de oxigenación y alimentación para la supervivencia. No obstante, cuando hay carencia de nutrientes en estas células, se favorece la expresión de factores de crecimiento tumoral, como survivina, etapa a partir de la cual se incrementa la velocidad de crecimiento y el deterioro, volviéndose muy difícil revertir los daños. “Por eso, cuando existe un tumor que lleva algunos años en el organismo, las células ya están tan alteradas que tienen muchos caminos diferentes activados para seguir proliferando. Y entonces, si quieres atacar este problema ya no bastaría sólo con suprimir una proteína como survivina”, enfatiza.